jueves, 24 de julio de 2008

Amnistía para ecologistas ¿y los derechos de los mineros?

Me entero que ayer la Asamblea dio amnistías a manifestantes ecologistas y pseudodirigentes contrarios a explotación minera, sin embargo ¿quién vela por los derechos de los trabajadores mineros y sus familias?

Todos tenemos derechos que deben estar garantizados, todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones sobre los temas que creemos que nos efectan, todos tenemos derecho a trabajar y a que se nos repete el trabajo y la comunidad.

Pero se ha dado amnistía a personas que en unos casos han violentado los derechos de los trabajadores mineros obstaculizando su trabajo, quemando sus campamentos y ocupando las instalaciones. ¿Y los derechos de los mineros que se ganan el pan pacíficamente? ¿cuando se reabre la minería?

martes, 8 de julio de 2008

Ley Minera y desarrollo

Por Leonardo Elizalde

La nueva Ley Minera, norma que determinará el futuro de la industria minera en nuestro país, ya fue entregada al Presidente de la República para su revisión y análisis. Cabe recordar que antes de la redacción del documento, la Asamblea Constituyente expidió el Mandato Minero que determinó la paralización del sector, la pérdida de inversiones y la desocupación de miles de trabajadores. La reorganización del sector minero fue el argumento para la drástica medida, ahora de cara a esa regularización se promueve la nueva ley, la que –aspiramos– se convierta en un motor para el desarrollo de la minería responsable.

El establecimiento de nuevas reglas, sin embargo, no ha contado con el tiempo suficiente para un debate profundo, amplio y plural, por ello surgen interrogantes y expectativas, pues poco, muy poco, se conoce del texto remitido a Carondelet.

Estas buenas intenciones deben trascender el discurso, traducirse en el articulado e incluir importantes elementos relacionados con la producción, estabilización y competitividad indispensables para que el sector se desarrolle en el mercado internacional de minerales, en forma paralela se debe considerar que los factores que incidirán en la expansión de la industria minera son altamente especializados y dinámicos, los que exigen no perder de vista los aspectos geológicos, científicos, ambientales y sociales. Estos cuatro conceptos deben dar estructura al documento oficial que, necesariamente, requiere agregar consideraciones como la sustentabilidad y responsabilidad corporativa de las empresas mineras.

Uno de los elementos de mayor sensibilidad de la ley es la filosofía de discrecionalidad que puede prevalecer en varios apartados de la misma, más en el caso puntual de la interrupción de la continuidad de un derecho minero concebido desde la exploración hasta la comercialización de los minerales. Si ese fuese el caso, toda posibilidad de captación de inversiones quedaría anulada.

La regla básica de la industria minera mundial es la seguridad jurídica anclada a la claridad de las reglas y transparencia de los procedimientos, las millonarias inversiones que imponen los proyectos mineros no pueden de manera alguna estar supeditadas al manejo de múltiples decisiones discrecionales en diferentes niveles de la estructura burocrática.

La variable competitividad debe privilegiarse con la idea de permitir que germine la industria en plena competencia con países vecinos que figuran entre los principales productores de cobre y oro; en esa lógica, todo tipo de control es válido en cuanto sea necesario para equilibrar los intereses del Estado, la producción, el máximo cuidado ambiental y los beneficios de las comunidades.

La ética y la equidad deben ser la esencia del manejo de los ingresos que generará la minería profesional, poniendo especial énfasis en la distribución directa a las comunidades, respetando la viabilidad financiera de los proyectos y evitando que otras leyes se contrapongan e impidan la correcta aplicación de la Ley Minera.

Es de interés nacional efectuar un puntual seguimiento de los detalles y curso de la ley, pues de su contenido dependerá que aprovechemos la oportunidad histórica de establecer un proceso de desarrollo económico y social basado en la explotación racional de los recursos mineros.

Publicado en El Universo

viernes, 4 de julio de 2008

Asamblea Constituyente estatiza minería y otros sectores

El histórico triunfo de Liga Universitaria de Quito que todos festejamos no debe distraernos de los graves problemas que la Asamblea Constituyente está generando con artículos lesivos del interés popular. Entre estos días, entre festejos por la Liga y el rescate de Ingrid Betancourt, se aprobaron sin mucho ruido quizá los más graves artículos contra la economía popular, la noticia publicada en El Comercio es tremenda, el Estado acaparará todos los sectores estratégicos de la economía. El Comercio reporta:

La nueva Constitución señalará también que la administración, regulación, control y gestión de las áreas estratégicas solo corresponderá al Estado. Bajo ese principio, se considera entre los sectores estratégicos a la energía, las telecomunicaciones, la minería, los recursos naturales no renovables, el transporte, la refinación, el espectro electromagnético y el agua. No obstante, el Estado podrá delegar la participación en los sectores estratégicos y de servicios públicos a empresas mixtas, siempre que sea su principal accionista.En este punto, la Asamblea dejó abierta la puerta para poner fin a las concesiones para aquellas empresas privadas que dan servicio público, como el agua.

Primero el Estado centraliza estos sectores económicos y luego delegará aquellos que tengan participación privada a ser accionistas minoritarios del negocio, nadie sabe como se hará esto pero implicará posiblemente nuevas reversiones de concesiones y renegociación de contratos con las empresas que tengan participación en recursos naturales o agua. Los afectados seran Manta (TripleOro) y Guayaquil (Interagua) cuyos servicios de agua potable son gestionados por la empresa privada.

La legislación aprobada en Montecristi afecta a la minería y a la industria porque obligará al Estado a ser accionista mayoritario de las concesiones mineras. Como el Estado gasta su dinero en subsidios y en proyectos de dudosa legalidad como Coca Codo Sinclair poco será lo que aporte para el capital de las empresas mineras mixtas. Gigantescos yacimientos de oro, plata, cobre y molibdeno quedarán enterrados o subexplotados porque el Estado deberá priorizar las explotaciones mineras en donde invertirá el presupuesto de los ecuatorianos. Además la pérdida de interés de las mineras, particularmente de las canadienses, hará menos factible la explotación pues los términos de las concesiones han cambiado una vez más, se conmina a las mineras a ser socios minoritarios y encima pagarán regalías extras además de los impuestos sobre renta, concesión, etc.

También el agua se estatiza poniendo en riesgo el acceso a este valioso recurso, el agua como servicio es provisto actualmente por las municipalidades, generalmente subsidiando el servicio y sin competidores particulares. En Machala y Guayaquil se dispone de mejor servicio de agua pero estas concesiones las revertirá el Estado aprobada la nueva constitución (casi un hecho), pronto todo el país sufrirá de la ineficiencia inherente al Estado central, tal como acontece en Manta donde el gobierno central financia la obra y mantiene a una pujante ciudad sin servicio hídrico. Y ya saben lo que se dice: el servicio más caro es el que no se tiene, la Asamblea Constituyente pone fin al acceso al agua y a la riqueza minera generadora de empleo.

jueves, 3 de julio de 2008

Ley minería ¿por qué no se ha socializado?

Dice el ministro Chiriboga que ley de minería es resultado del diálogo pero pregunto ¿Cuál diálogo?

No se ha consultado a nadie la elaboración de esta ley, se ha llamado sólo a los ecologistas detractores, pero no se ha llamado a las comunidades, ni a los estudiantes de minería ni a las empresas. ¿Cómo puede salir una ley sin consenso?

Se está dejando de lado a un importante sector económico que puede convertir al país en una nación de primer mundo por un mero capricho de un sector minoritario aniñado de la sociedad que tiene la vida arreglada pero que no le interesa el futuro de cientos de comunidades olvidadas que podrían surgir con la minería.